SIN INDIRECTAS.

"Cuando la necesidad nos arranca palabras sinceras, cae la máscara y aparece el hombre". (Lucrecio)

... o la mujer.

En este post si que te puedes sentir identificado. Lo escribo sin pensar, quizás porque sea cierto aquello que decía el filosofo Cicerón de que son más sinceras las cosas que decimos cuando estamos airados que cuando estamos tranquilos. Y mi estado emocional últimamente va como una montaña rusa, arriba y abajo, sin freno de seguridad. ´

Me gustas, sí. Pero cuídate de esta realidad. No te beneficia, no soy una buena elección. Conozco personas que quieren hacer de sus caidas una filosofía de resiliencia. Buscar paralelismos como si pudieran ser trozos rotos de cerámicas, que lucen perfectos, tras ser reparados por la técnica del kintsugi. Pero la puta realidad es que las cicatrices, rara vez lucen bellas. E incluso años después de curar por dentro y por fuera, nos traumatizan y nos arrastran a infiernos de los que volver, a veces fortalecidos y en la mayoría de ocasiones, apaleados. 

No miento cuando digo que me toca la fibra sensible el modo en que te me acercas, siempre respetuoso, comedido, algo extraño, tentador... Que a veces coincides con mis momentos más bajos y resultas causar un efecto de respiro, en ocasiones me has sorprendido llorando, y aun sin modo de saberlo has conseguido arrancar una sonrisa a esta mujer que sufría. 

Me gusta el timbre de tu voz. Su acento. También el modo en que ésta te tiembla cuando me hablas. Se activa entonces la cazadora, la mujer que trato de mantener contenida. Sería fácil pedir que fuera mío. Lo serias. Lo sé. Aunque nunca te has sometido a una mujer. Pero no quiero hacerte daño. Lo digo en serio, no son fanfarronerías de mujer hedonista. 

Sé que te lo haría porque tengo el mal del Rey Midas, con la cruel diferencia que en lugar de en oro, todo lo que toco se convierte en mierda. Al menos lo relacionado a los hombres. Pues aunque no he aspirado a mucho en mi vida concerniente al amor... solo quería un tipo serio, con quien poder reírme de muchas cosas y formar una familia, con quien hablar de todo y terminar en un punto intermedio. No ha sido posible. Y ahora ya no espero nada de los de tu sexo. Y si no espero nada... soy incapaz de ofrecer esperanzas. He llegado a la conclusión de que a esta altura de mi vida, no voy a obtener aquello que necesito para ser feliz. Y por tanto, lo más correcto, será que me joda yo sola, no intentarlo más, y de ese modo, al menos, no causar más daños colaterales.