Las arrugas de mi alma.

"Los amigos más cercanos que hice a lo largo de la vida han sido personas que también crecieron cerca de un abuelo o abuela". (Margaret Mead)

Hace unos días me encontré con un amigo de mi adolescencia en el super. Hacia por lo menos tres años que no coincidíamos.  Al vernos nos abrazamos y de pronto era como tener de nuevo trece años. Nuestras vida desdibujadas y nuestras almas frente a frente. Ni siquiera me dio por pensar en qué pareceríamos vistos desde fuera. Porque las típicas preguntas y frases que se hacen las personas normales cuando se encuentran en semejante situación no hicieron presencia.  

No sabría definir escribiendo lo que sentí, ni aunque escribiera haciendo borradores y repasara el post mil veces, en lugar de escribir como lo hago, como una ametralladora escupiendo palabras. Cuando me dijo aquello de: " (..) ostia Meg, no te lo vas a creer pero siempre me acuerdo de tu abuela y de ti como si fuerais la misma persona, me acuerdo de tu abuela tanto (...) ".

Claro que yo si me lo creía. Porque mi abuela no era solo mía, eran muchos los amigos que venían a casa a hablar con ella. Admito que por entonces, en más de una ocasión sentí celos de que ella atraía a mis amistades más que yo misma. Y es que tenia tan interiorizado la normalidad de tenerla siempre presta a escucharme, a dar consejo, a tenerla conmigo... que a menudo no era consciente de lo diferente que tenían las situaciones mis amistades sin nadie como ella en sus vidas. Normal que la buscaran, aunque fuera mi abuela y no la suya. Normal que mi amigo la recuerde casi tanto como yo...porque fue la primera persona a la que le confesó su homosexualidad. Y ambos se llevaban horas y horas hablando a solas en mi habitación.  Me crie con mis abuelos, recibiendo todo tipo de bendiciones de sus acumuladas experiencias de vida, pero lo mejor es que también muchos fueron los que pudieron disfrutar de mis abuelos a través de mi amistad. 

Hace poco en una conversación sobre las razones que me llevan a estar limitada en la actualidad, me dijeron que yo no le debo nada a nadie. Y a esa persona le dije que sí. Que en estos momentos y haciendo un análisis de mi vida, a la única persona que le debo algo, es a mi padre. Por él, tengo ahora aparcada mi vida, entregada a sus cuidados... ahora que es un abuelo inservible. Me gustaría que su cabeza estuviera bien, para que mis hijos pudieran disfrutar mucho más de su abuelo. No me gusta la sociedad latente, esta tan buena que desea todo tipo de comodidades a los abuelos en residencias hechas para darles una vida digna. No me las vendan, no me gustan. No las quiero. 

La vida de una cuidadora de una persona mayor dependiente, es una PUTADA, se sufre lo que no hay en los escritos. Y a veces lo único que deseas es que el tiempo pase pronto y todo acabe, aunque no lo digas por miedo a parecer algo que no deseas. Esa es la puta verdad. Pero hay otra verdad que tampoco se cuenta. Una que trata sobre los abuelos que si merecen cobrar la deuda filial. Esos que no quieren residencias, que desean pasar sus últimos años en casa con los suyos, viendo a sus nietos realizarse en sus vidas... Lo que pasa es que para realizar esta hazaña épica se necesitan dos cosas, o tener mucho dinero, o mucha ayuda... y si no tienes ninguna... solo cabe el total sacrificio en vida de alguien que se entregue a la causa. 

Así que cuando alguien me pregunta por qué no lo meto en una residencia y retorno a mi vida. Ya no me molesto en dar explicaciones. Yo sé porque lo hago. Por él y por mis hijos, estoy dando a mis hijos la oportunidad de poder disfrutar de parte de lo mucho que yo disfruté de mis abuelos. De hecho mi hija mayor de vez en cuando me habla de sus amigos y me dice: "mamá hoy he estado con fulanito y me ha preguntado por el abuelo, hay que ver, al final todos e acuerdan de él y de las mismas cosas de cuando el abuelo estaba bien y nos castigaba sentados en las sillas por subirnos a los árboles; de lo mucho que les gustaba venir a jugar a nuestro campo y de que el abuelo siempre estaba pendiente. Parece mentira con los de años que hace de eso y todos se acuerdan de las mismas cosas del abuelo, coño mamá, que siempre me preguntan como está (...)" . Y es que el cariño con que tratan los abuelos, hasta cuando te castigan deja huella, o eso pienso yo.

En fin, en un día como este... sigo añorando a los míos, y envidio a los que aun pueden disfrutar de los suyos... aunque ya no soy una niña...