Divergencias.

"La inteligencia tiene ciertas limitaciones. 

La locura, casi ninguna". (Darynda Jones)

Ayer la dejé sola un instante. No puedo culparla, el error fue mío puesto que ella es la más frágil de las dos. Es mi responsabilidad asumir sus equivocaciones. Cuando una persona decide libremente y en su sano juicio ceder la voluntad bajo un trato, la culpa de lo que ocurre es siempre de la parte dominante. Son leyes básicas, rudimentarias de primeros manuales... quizás por eso consiguió adaptarse al lado sumiso. Fue a través del conocimiento y no por su fragilidad. El fallo estuvo hacerlo en las manos equivocadas. Se lo dije, que se equivocaba al ceder. Sin embargo ella es única asumiendo errores. Tuve que apoyarla.

Ayer se volvió a asomar por esta ventana al perfil del hombre desaparecido. Uno que ella conoce dentro y fuera, con quien ha compartido los últimos cinco años y medios de relación extramatrimonial. Lo calé enseguida, una dominante reconoce a los suyos. Él no estaba a la altura, ella en cambio tuvo sus dudas, asumió el riesgo. Es frágil y valiente cuando quiere algo. Hace siete días lo enfrentó al descubrir la verdad. 

No se lo negó reconociendo sus errores. Le pidió veinte días porque salía de viaje. Prometiendo que al volver hablarían, que había cometido un error y que era a ella a quien quería. Dijo todas esas cosas que dicen aquellos que se sienten descubiertos mientras traicionan. Ella como de costumbre no prometió nada. 

En cuanto se marchó calló muerta al suelo y lloró hasta casi deshidratarse. Nadie monta mejor una pataleta. Y cuando el dolor se hizo tan insoportable que no pudo soportarlo, me pidió a mi que volviera. Porque soy quien cierro puertas y levanto muros. La que no permito que nadie la vea llorar de desesperación. Quien la deja ser niña siempre y creer en imposibles. Quien la levanta cada vez que cae por su pie o empujándola la derriban . Soy quien la llevo de la mano segura por el camino del guerrero. 

Le dije que no fuera, hay lujos que no nos podemos permitir, como el de cometer dos veces el mismo error. Ya confió una vez en él, esta seria la segunda. Por esa sencilla cuenta matemáticas en la que levanté un día conductas incuestionables por las que regirme, seré yo quien hable con él cuando vuelva. Como en aquella saga de los "Inmortales"... solo puede quedar uno. Ahora ya sabemos quien es más fuerte en honor, en valor, en docilidad y en verdad... Por eso la dejé ir a echar un último vistazo. Aun sabiendo que se rompería otra vez. Nada como un baño de realidad para hacernos más libres. 

—¿Cómo se ha podido ir así sin darnos la cara ni a esa otra pobre mujer ni a mi? 

¿Pobre? encima siente compasión por la otra. Su blog de slave sigue en el perfil de él. Nunca ha comprendido el poco valor que algunas personas dan a lo que se plasma en la vida virtual. Quizás sea por qué piensen que al vivir tras un nick las cosas no dañan del mismo modo. Ella eliminó en el acto el blog de dominante que él tenía. Fue un acto impulsivo puesto que ambos estaban de administradores, algo que él suele hacer para tener un control con las mujeres en este ciberespacio. Sin embargo hay muchas maneras de dar una bofetada. Esa ha sido una. Hay errores que bien la merecen. Yo me encargué de tirar las cosas físicas y eliminar todo lo digital. Tengo el romanticismo de un jaramago del campo. No titubeo en detalles, al carajo todo. Ella en cambio allá que fue. Se escapó a leer a la otra chica y ha vuelto como esperé. Con una sobredosis de realidad. Confirmados todos los indicios que en nuestro silencio le fui manifestando. 

Ha pasado la tarde flotando en su reducida piscina de 75 cm. de profundidad para que nadie la viese llorar. Del agua solo ha salido una. Adivina quién. Las cosas son como son. Asumimos riesgos y los llevamos hasta el fin salga el sol por Antequera. Quien a hierro hiere, hierro merece. 

A mi no me tiembla el pulso, no me da pena nadie. Solo entiendo un código, el mío. Lamento que haya injusticias, que existan personas con tan poca empatía y por ende victimas de la insensatez. Sin embargo no fui yo quien repartió los dones a la plebe. Allá cada cual con las consecuencias de sus actos, a mi me toca protegerla solo a ella. Porque aun le queda bondad dentro, ni la traición puede arrebatarle su nobleza. Me consta que hará alguna estupidez de las suyas, como intentar poner luz en la visión de la otra mujer. Y que será juzgada injustamente. Lo hará, porque no sabe mirar a otro lado frente a las injusticia. A pesar de que injustamente la han dejado caer.