Dignidad intacta.



Existe dignidad en tu ser, incluso si existe humillación en lo que haces. (Tariq Ramadan)

Ayer Toro fue generoso conmigo y me dio un par de consejos sobre lo que opinaba él al respecto (Hablo sobre el post anterior). Sabía lo que me diría, porque en lo fundamental sé que nos parecemos bastante. De hecho, mientras leía su email era como escuchar el eco de mi voz cuando aconsejo a mis hijos. Soy una de esas madres afortunadas que tiene hijos con los que aun me puedo comunicar y que me confían sus historias. Cuando esas corresponden al tema de los sentimientos y las relaciones, mis consejos suelen ir muy en la línea con los que he recibido. 

Me quedé reflexionando sobre algo que dijo acerca de la dignidad. Yo la había tratado en mi anterior post, aunque la llamé si mal no recuerdo "usar a las personas con deshonor". Por mi forma de ser, hacerme sentir indigna es casi misión imposible. Tengo ese apartado de mi naturaleza humana, tan bien brindado, que nadie excepto yo puede atentar contra él. 

Entiendo las razones por las cuales cuando una persona sufre el desamor, estos mismos sentimientos parecen enlazar con la traición y el sentimiento de culpa propio que nos hacer sentir indignos. Esto tiene que ver con lo principios de la dignidad y especialmente con el principio de autonomía. 

Verás, se puede definir la dignidad a través de la convergencia de tres principios: el de autonomía, beneficencia y privacidad. Ciñéndonos al primero, la autonomía es un concepto filosófico, relacionado con la capacidad del individuo de imponerse normas, por las cuales guiar su vida y tomar decisiones libres de coacción externa.

Por tanto, cuando nos enamoramos, son los sentimientos y las influencias que estos generan en nosotros, los culpables de muchos de nuestros actos. Se puede afirmar entonces... que en mayor o menor medida... cuando estamos bajo el influjo de los sentimientos, vivimos en un estado de heteronomía. Es por ello que nuestra dignidad, es uno de esos valores que terminan por ser dañados. 

Suelo explicarles a mis hijos estos conceptos con el ejemplo de los presos y la cárcel. Nadie se siente del mismo modo preso, aún estando en la misma penitenciaria ingresado. Del mismo modo que los esclavos pueden ser sometidos físicamente y ni aun así se podría tocar un solo pelo a su dignidad. Porque el verdadero valor de la dignidad humana, su base, la pone cada individuo en ese poder propio de la autonomía. Y es uno mismo quien decide donde converge este principio con los demás. Son valores iguales en terminología, que se enriquecen o empobrecen, con el modo y el uso que cada cual les decide dar.  

Partiendo de ahí, y a pesar de ser una persona con una empatía bastante desarrollada, en lo que a dignidad se refiere... no sufro. No por su ausencia, más bien por el conocimiento y autodominio que tengo sobre ella. Eso no evita que me duelan las cosas, la única diferencia es el modo en que me recupero de los golpes. 

Me ha pasado en esta relación fracasada. Hay quienes me han preguntando por cómo me siento al haber sido humillada en este medio que nos vio nacer como pareja. Tan real como en la vida ahí fuera al compartirlo con conocidos. De pronto un día amanece y soy una simple mujer sumisa. Desnuda y atada con su cinturón al cuello, sintiéndome segura en esa posición donde no necesito el control que impongo en mi día a día. Todo parecía por fin encajar.

Unos días después aquí en la la red, el mismo hombre, aparece como administrador en el blog de una mujer con la que aun no ha estado. Solo están en el momento del tonteo, del cortejo y la invasión. Para mi que lo reconozca y lo admita, es lo mismo. Ha roto el vinculo de la confianza, sin ella las parejas están destinadas al fracaso. Más aun en los términos que albergan las parejas que implican prácticas sadomasoquistas. 

Me preguntan si me siento humillada. No me siento. Me ha dolido la decepción, pero cuando tomo decisiones ya llevo de antemano asumido que tenga que verme en estas situaciones. Por ello el vértice de convergencia lo elevo a un nivel donde nadie pueda modificarlo. Solo yo. Es ahí donde está la cuestión, volver a darle una oportunidad sería sinónimo de cambiar ese punto de unión... no me lo puedo permitir porque entonces si le daría poder a mis propios sentimientos para alcanzar lo que para mi es el limite de mi dignidad. Y no. No estoy dispuesta. Menos aun en este tipo de relaciones donde la confianza y los actos se unen de un modo... digamos multiplicado. 

Cuando se tiene unos sentimientos tan rebeldes como los míos, y sueños tan ambiciosos... el único modo de sobrevivir a mis contradictorios estados es tener una mente muy fría. Afortunadamente yo la tengo. Eso me da capacidades innatas para recuperarme antes. Repito, eso no quiere decir que no me duela. Simplemente que me duran menos esos estados de sufrimiento. Que soy mas fuerte en lo que a control emocional se necesita y por ende, capaz de aislar esos sentimientos consiguiendo que caigan antes en el olvido. 

Una chica me dijo que esto es un rollo patatero, que más bien es cuestión de que no me afecta nada porque no tengo corazón. Jejeje... como si eso me importara. No saqué en filosofía la nota más alta, por tener más o menos corazón, más bien porque razonar ha sido toda mi vida una disciplina que me impuse para protegerme de la fuerza de mis sentimientos. Y no, no me ha ido nada mal. aunque esté ahora mismo como diría Concha Buika: jodida, pero contenta. La dominación propia es la victoria por antonomasia a la dignidad. Este es uno de mis principios infranqueables. 

De hecho un sumiso me preguntó una vez, de quién había aprendido a ser tan buena dominante. Nunca he entendido esa fijación que se tiene con el poder, en esto de las relaciones sexuales, después de todo no distan tanto del resto de relaciones. Recuerdo su cara de sorpresa cuando le dije: "gestionar las formas, los tiempos y qué hacer, lo aprendí y perfeccioné en los años que estuve como responsable de las acogidas en mi Cáritas parroquial". 

Pensaba que le estaba gastando una broma, pero iba muy en serio. Baso todos mis métodos de dominación, en la experiencia propia que adquirí al tratar con personas dañadas en su dignidad por el puto sistema. Aprendí donde estaban los limites de los demás, pasando muchísimas horas cara a cara escuchándoles. Ver como un hombre se rompe en llanto porque se siente indigno de ir a pedir para comer, cuando ya no es capaz de sustentar a su familia. Ser testigo de ese llanto, verlo llorar sin poder hablar durante más de una hora y no perder el tipo frente a él. Solo entender su fragilidad. 

Me quedaba frente a él, indómita a cualquier sentimiento, ofreciéndole lo más valioso que poseía, mi tiempo. Hablándole sin dramas, fomentando el contacto natural del ofrecimiento de un pañuelo, agua, una mirada serena. Luego le ofrecía la orientación y la ayuda necesaria por el protocolo para paliar sus necesidades más urgentes y recuperar su dignidad. Empezaba por memorizar sus nombres y los de sus familiares, lo más básico a menudo es lo más digno. En nuestra oficina como en asuntos sociales, las personas son números de expedientes... la diferencia las marcan esos puntos de convergencias de los principios que hablaba antes. Y quien tiene poder para advertirlas y marcarlas, debe siempre aplicar esa mano dura por el bien común. 

Con insomnio y conocimiento de causa, podría estar escribiendo toda la noche. No escribo para olvidar, ni siquiera para desfogar, más bien lo hago para aprender. Y si algo he aprendido estos años en la blogosfera, es que sobrepasados los diez párrafos, debes de ser muy buen comunicador para mantener al lector atento al texto... jejeje... así que... fin de esta sesión de tortura 😜. 

Mañana más. 

Comentarios

  1. Interesantes reflexiones las tuyas. Gracias.

    Besos.

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  2. No soy de los que se traga un texto demasiado largo, pero es que en la blogosfera hay bastantes y bastante, también, aburridos. En tu caso es que una vez que empiezas a leer es difícil dejarlo a medias. No hay llamadas a las florituras, todo el es compacto.
    No me ha ido nunca mucho el sado, aunque como buen aficionado al comic tengo algo del tema y hay verdaderas obras de arte. En fin por un rato te me imaginare como una 'Domina' por el momento un tanto cabreada y no como una animalillo maltratado, que no me da el tipo.

    Salud

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    1. Gracias Erik. A veces me preocupa ser muy pesada escribiendo porque lo hago como cuando hablo. Hay una persona que insiste en que divago demasiado al escribir y no concreto. Pero bueno para eso tengo dos blogs.
      Lo de los cómic,🤭 te cuento. De siempre me gustaron, tendría unos 13 años cuando mi madre por error me trajo uno (que no sé de dónde cojones sacaría) pero era de sado con una mujer que lo impartía. Igual me viene de ahí 😅😁😁
      El caso es que en aquella época no había Internet y no tuve medio de averiguar más sobre el tema hasta muchos años después ya crecidita.
      Dicen que soy una Ama diferente. No me queda claro con relación a quienes, pero si me pongo en "on" me lo tomo muy en serio. Es una gran responsabilidad el que alguien se confíe a ti.
      Un beso.

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  3. Eres muy buena comunicando.
    Has mantenido toda mi atención.
    Que el insomnio te deje en paz.
    Besos.

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    1. Gracias Toro... por todo. A veces necesito valientes a mi lado que se impliquen a decirme lo que piensan.
      Tengo demasiados frentes abiertos y a veces me cuesta desconectar el estado de alerta.
      Un beso.

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  4. Padecí de insomnio en el pasado pero di con la tecla para no padecerlo más. Lo expliqué en mi blog, y claro está, pareció una chorrada y poco creíble. Pero funciona, joder, funciona.

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    1. Eres tremendo... Ni un enlace? En serio?🙄😤😂😂😂😂

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  5. Me encanta esa forma tan natural que tienes de enlazar temas tan diferentes y de hacerlo con tanta naturalidad, eso es un don, hazme caso ;)

    Te sigo en las redes desde hace tiempo y aún me sigues sorprendiendo con algunas historias de tu pasado. Gracias por compartirlas.

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    1. Y las del presente🤦🏼‍♀️😁
      Para bien o para mal soy lo que lees. Dentro del mundo virtual y en el real.
      A menudo parezco un punto extremo de contradicción. Pero soy así. Y hablando igual que escribiendo.
      Como cualquier hija de vecino cometo muchos errores, lo único bueno es que siempre cuento con la posibilidad de cagarla y de asumir las consecuencias.
      🤪😘

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